lunes, 27 de julio de 2009

EL AMANUENSE


Estaba a punto de quedarme dormido cuando, de repente, me llega un susurro al oído:

- “Venga, levanta, que tengo una historia para desembuchar”.

Era mi bolígrafo tumbado junto a mí en la almohada. Pensé que era fruto del sueño, pero después de una friega ocular, el puto bolígrafo seguía allí. El cabrón vuelve a decir:

- “¿A qué esperas? Venga, a currar. Soy yo el que escribe, el que decide cuándo permito que me frotes contra el papel para derramarme sobre él. Soy yo el que tiene las ideas y las transforma en grifos de color añil. Tus manos sólo son la herramienta que utilizo para el patinaje en papel. ¿O realmente piensas que pintas algo en mis propias historias? Son mías, de mi tubo y letra.

La sangre azul que conforma las escrituras no es de príncipe alguno, mentira. Es sangre real, pero de nuestra estirpe, la amanuense, la de plumas y bolígrafos, los que sí llevamos con armonía el roce diario con el papel al que siempre dimos un trato exquisito. Vosotros, en cambio, le habéis dado un trato humano, humillándolo, rebajándolo a simples multas, billetes, papel higiénico y pasquines de guerra.

Los amanuenses nos proponemos remediar esta vejación mimando el papel con nuestros mejores grabados, grandes dibujos e interesantes historias y, cuando nuestro trabajo tiene éxito, vais vosotros y os atribuís todo el mérito y os colocáis humanas medallas, las mismas de las guerras, que sí están entre vuestros méritos. Pero las grandes páginas de la historia, las grandes ideas, salieron siempre de las cánulas de nuestros antepasados, de nuestras tataraplumas, que se dejaron hasta la última de su tinta en el empeño.

Nosotros, los que escribimos, al no tener historiadores propios, nunca seremos recordados, por eso sólo se glorifica a sus simples usuarios: vosotros, los humanos.

Espabila, necesito contar algo. Si quieres, si no, sigue durmiendo. No te preocupes, sapiens, me sobran manos para ser abrazado y deslizado sobre el papel. Sigue soñando con tus humanas escrituras, las de la tinta roja, la de sangre y aún encima, la vuestra.

2 comentarios:

  1. Eres un cabrón... sabía que escribías con xeito, pero esto xa é pasarse. Enhorabuena muchacho.

    Acabas de ganar outro incondicional.

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  2. ... lo de " desembuchar"... me acerca a mi..
    muchas veces me atrapan los duendes... y tengo que levantarme deprisa para que no se me esfumen las palabras...
    me gusta como escribes... y más como eres capaz de captar imágenes... haciendo de ellas... VIDA¡¡¡

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