Estaba empezando a preocuparse. Desde hacía un tiempo, venía notando que su sombra tendía a quedarse rezagada. Si intentaba retroceder, tratando de recuperarla, ésta se mantenía siempre a distancia.
De repente cayó en la cuenta. Ahora sí que estaba totalmente acojonado. Desde que esto sucedía... ya no recibía multas... ya... no le cobraban impuestos...
No recibía multas, no le cobraban impuestos y seguro que todo el mundo empezó a decir que era buenísimo. Como dice mi madre: "Malo cuando te llega la hora de las alabanzas"; o te quedas sin sombra... Lagarto, lagarto.
ResponderEliminarNon hai mal que por ben non veña...
ResponderEliminarUn saludo, amigo
Carpe Diem